El sentido del tacto

La piel contiene receptores que nos permite al igual que los animales, sentir y procesar el tacto. Imagen provista por Agustín Ruiz.

El viento retumba en las afueras mientras que la lluvia choca con la ventana. De repente, un relámpago ilumina el cielo, las luces de tu cuarto se apagan y se vuelve oscuro. En esta situación, el sentido de visión no te ayudará mucho. Te acuerdas que tienes una linterna en tu mesa de noche. Usas tus manos para orientarte en la oscuridad hacia la mesa de noche y abres la gaveta para sacar la linterna. Usando tu sentido del tacto buscas entre los objetos en la gaveta la linterna.

Al obtenerla, usas tus manos para ubicar el botón para encender la linterna. Iluminas tu cuarto y ahora con el poder de la luz te preguntas, ¿Cómo pude encontrar la mesa y luego distinguir la linterna en oscuridad absoluta? ¿Tendré poderes sobrehumanos? La realidad es más simple, al no poder utilizar tu sentido de visión, utilizaste tu sentido del tacto.

La piel contiene varios tipos de receptores que te ayudaron a sentir objetos que estabas tocando en la oscuridad. Estos receptores se encargan de transmitir información del exterior. Esta información es convertida a una señal que es reconocida por el sistema nervioso. Estos receptores del tacto se encuentran en las capas principales de la piel- la dermis y la epidermis.

La piel contiene varios tipos de receptores. Juntos, estos receptores nos permiten sentir sensaciones como la presión, el dolor, y la temperatura. Clic para mas detalles.

Aunque los receptores son pequeños, pueden recolectar mucha información táctil y de manera precisa. Pueden sentir el dolor, la temperatura, presión, fricción, o extensión/contracción de la piel. 

• Thermoreceptores: (thermo=calor) estos receptores perciben el calor y comunican esta información cambiando su actividad. Al sentir el frio, aumentan su actividad y al sentir el calor disminuyen su actividad. 

• Noiceptores: (noci=hacer daño) estos receptores perciben “el dolor” (lo que nosotros llamamos dolor). En realidad estos receptores detectan daño a las células de la piel y al procesar esta información nosotros sentimos “dolor”. Por eso, estos receptores no pueden distinguir entre una quemadura y una herida o corte de piel

• Mechanoreceptores: (mechano=mecano) estos receptores perciben el contacto entre la piel y una superficie. Se conocen como mecano porque funcionan de manera mecánica para sentir cambios físicos en la piel. Cuando interaccionamos con un objeto físico, la piel se extiende o contrae al hacer contacto con el objeto.

Neuronas transmiten la información del tacto usando potenciales de acción desde nuestra piel hasta el cerebro donde la procesamos. Imagen provista por Nicholas P. Rougher.

Aunque los distintos receptores que mencionamos se encargan de percibir y transmitir distintas formas de información táctil, todos responden de la misma manera. Esto receptores forman parte del sistema nervioso y al ser activados estos receptores transmiten información táctil mediante potenciales de acción. Además del tacto, información de varios estímulos viajan atreves de potenciales de acción hasta la médula espinal y cerebro donde todos son integrados y procesados.

A pesar de esto, los científicos especializados en estudiar el sistema nervioso (neurocientíficos) aún no están de acuerdos en como la información que recolectan los receptores es transformada a información que podemos procesar y entender. Por ejemplo, ¿cómo te permite saber el cerebro si se trata de un cosquilleo o un empujón basado en solo unos pocos potenciales de acción? Los neurocientíficos continuamente investigan este fenómeno.

Imagen de la mano tocando el agua provista por Agustín Ruiz.