Conservación: prevenir la innecesaria pérdida, desperdicio o decaimiento de las cosas vivas y las no vivas. ...más
Dominar: tener un gran impacto sobre algo, ser más importante o notorio.
Fecundación: el proceso de unión del esperma y el óvulo que da comienzo al desarrollo del embrión ...más
Generación: en biología, se dice de un nivel en el árbol genealógico; una nueva generación de descendientes. Ejemplos: Una hija y su padre son dos generaciones. Una hija, su madre y su abuela serían tres generaciones.
Macho: animal de sexo masculino, particularmente agresivo y dominante en su entorno.
Madriguera: una pequeña cueva en la tierra y echa por un animal para habitarla, cuidar a sus crías y almacenar su comida...más
Opacar: ser lo suficientemente grande como para proyectar sombra sobre algo, dominar.
Población: un grupo en particular, de animales o plantas que viven en un área o país.
Polinizador: por lo general, un animal, como un insecto, que traslada el polen de una de las flores masculinas a las femeninas, lo que da lugar a la fecundación.
Al escuchar la palabra "abeja", la mayoría de la gente piensa automáticamente en la abeja de la miel, una especie que se introdujo hace mucho tiempo a los Estados Unidos de América para proveer de miel a los apicultores.
En la actualidad la abeja melífera es la protagonista de los medios gracias a su importancia económica como polinizadora de cultivos, y también por el fuerte descenso de sus poblaciones en los últimos años. Ya sea como productora de miel, como polinizadora o por contribuir a nuestra fascinación por los misterios sin resolver, la abeja de la miel opaca a todas las demás abejas del continente americano. Sin embargo, hay una gran cantidad de otras especies de abejas que no necesitaron ser traídas desde otros continentes.
Según la Xerces Society, un grupo conservacionista de insectos, solo en los Estados Unidos de América viven más de 4000 especies de abejas silvestres. El tamaño de estas abejas varia, desde abejas diminutas, casi imperceptibles a simple vista, a especies gigantes, como el enorme abejorro carpintero (negro) que jamás pasa desapercibido cuando se cruza delante de quien disfruta una tarde sentado en su jardín, en el país de las abejas carpinteras.
Una especie de tamaño mediano (mayor que la abeja melífera pero más pequeña que el abejorro), frecuente en el centro de Arizona y poco apreciada, lleva el nombre científico de Centris pallida. A diferencia de la abeja melífera, esta abeja nativa no tiene un nombre popular aceptado y por ello tenemos la libertad de llamarla “abeja excavadora" en honor a su hábito de excavar los suelos del desierto.
La abeja excavadora es una de las miles de especies de abejas autóctonas que habitan Arizona, muchas de estas especies poseen hembras que cavan en el suelo con sus mandíbulas y patas para construir sus madrigueras. Hacen este duro trabajo completamente solas, sin la ayuda de abejas obreras. Por el contrario, las colonias de abejas melíferas están compuestas principalmente por abejas obreras que sacrifican sus vidas para ayudar a la abeja reina en las diversas tareas necesarias para producir futuras reinas y reyes (llamados zánganos).
Las hembras de las abejas excavadoras construyen sus madrigueras y aprovisionan las celdas de cría durante toda su adultez. En cambio, los machos no ayudan a las hembras a crear la siguiente generación de abejas excavadoras. En vez de ayudar, hacen un túnel para salir de sus celdas de cría un poco antes que la mayoría de las hembras que emergen en primavera. Los machos adultos pasan las mañanas sobrevolando a baja altura las zonas despejadas cercanas a los lugares en donde han pasado el año anterior bajo tierra.
A menudo, docenas o incluso cientos de machos vuelan lentamente formando círculos sobre una misma zona de hierba o arena en donde sus madres anidaron por decenas o centenas el año anterior. Los machos patrullan en busca de las hembras que también emergerán en esa área, lo cual pueden hacer antes que las hembras emerjan a la superficie.
Descubrí esta notable habilidad a principios de la década del 70’, cuando me topé con una zona emergente con una gran cantidad de machos activos, aunque en ese entonces no sabía que eran machos. De hecho, cuando vi el gran número de abejas grises volando en círculos cerca del suelo, supuse que eran abejas hembra que buscaban un lugar para cavar sus madrigueras.
Mi suposición pareció confirmarse cuando vi como algunas abejas comenzaban a excavar el suelo. Mientras observaba a la excavadora en acción, me sorprendió ver que se detuvo y que otra abeja salía de aquella diminuta madriguera que la excavadora había comenzado.
La abeja que había estado excavando se subió de inmediato a la espalda de la otra abeja, en ese momento me di cuenta de que estaba ante un macho que había excavado para encontrarse con una hembra emergente, ayudándola a salir para aparearse con ella.
Tal vez ya sepas que la mayoría de las especies de abejas autóctonas se aparea en las flores, que los machos patrullan, en busca de hembras dispuestas y capaces de aparearse. Sin embargo, en un número considerable de especies, que incluye la Centris pallida, los machos buscan pareja en zonas en donde las hembras construyeron sus madrigueras para crear a la siguiente generación de abejas. No obstante, en la época en que descubrí a los machos de Centris pallida en acción, se desconocía la existencia de abejas macho capaces de localizar a sus parejas ocultas en túneles emergentes sellados.
No es extraño que no se conociera la especial habilidad de la abeja excavadora previo a mi investigación. Después de todo, hay una gran variedad de especies de abejas en Arizona y un bajo número de entomólogos en la zona. Ya que poseía la exclusividad de la abeja, era lógico encontrar la forma en que los machos se las ingeniaban para localizar a las hembras debajo de una pulgada de suelo desértico duro. He aquí un magnífico rompecabezas para cualquier entomólogo.
Te preguntarás como los machos de las abejas excavadoras logran ubicar a las hembras debajo de un manto de tierra. Tuve dos ideas. Una era que los machos oyen a las hembras raspando la tierra con sus mandíbulas mientras excavan hacia la superficie; la otra era que los machos huelen a las hembras al acercarse a la superficie. Me incliné por la segunda explicación ya que pude observar cómo los machos acercaban sus antenas al suelo, dispositivos con los cuales los insectos perciben olores, antes de empezar a mordisquear la tierra para luego expulsarla de una patada mientras excavaban.
Si estaba en lo cierto, podría engañar a los machos para que desenterraran hembras que habían muerto recientemente, cubiertas con dos centímetros de tierra, para que no pudieran ser vistas por los machos que patrullaban. Las hembras aún tendrían el olor en sus cuerpos, pero no podrían emitir sonidos para alertar al macho de su presencia. Sin duda, mis sencillos experimentos revelaron que los machos que patrullaban no tenían ningún problema para localizar y desenterrar a las hembras inactivas de su especie, un hallazgo que indica que el olor por sí solo proporciona un rastro suficiente para que los machos encuentren a sus potenciales parejas. Sus antenas deben ser extremadamente sensibles a los olores que emana el cuerpo de una hembra emergente a través de la tierra.
La habilidad para oler a las hembras antes de que emerjan plantea otro tipo de pregunta que los entomólogos podrían intentar responder: ¿Por qué el macho de Centris pallida ha desarrollado una sensibilidad tan extrema a los olores de las hembras emergentes?
Intentar averiguar cómo y por qué los machos de la abeja Centris pallida se comportan de esa manera me proporcionó muchas horas de entretenimiento. La abeja excavadora puede que sea sólo una de las miles de abejas no melíferas, pero es tan maravillosa por sí misma como la conocida abeja de la miel. Es más, mientras que las abejas melíferas han sido objeto de una intensa investigación por parte de miles de entomólogos y otros biólogos, la especie Centris pallida y otras abejas nativas han sido ignoradas en gran medida. Así que, tanto tú como yo, podremos hacer verdaderas contribuciones al conocimiento sobre la vida en la Tierra, escogiendo una abeja nativa, y estudiando su comportamiento. Aquí tienes algunos consejos y trucos sobre el estudio de las abejas. ¡A por ello!
Sobre el autor y fotógrafo: John Alcock es un científico especializado en la ecología del comportamiento, miembro emérito de la School of Life Sciences. Es también autor de más de media docena de libros, entre ellos When the Rains Come: Un año en la vida de un naturalista en el desierto de Sonora.
Esta traducción fue revisada por Jilma Rios.
John Alcock. (2022, November 04). Excavadoras del desierto, (Bárbara C. Mañé, Trans.). ASU - Ask A Biologist. Retrieved November 12, 2024 from https://askabiologist.asu.edu/spanish/abejas-excavadoras
John Alcock. "Excavadoras del desierto", Translated by Bárbara C. Mañé. ASU - Ask A Biologist. 04 November, 2022. https://askabiologist.asu.edu/spanish/abejas-excavadoras
John Alcock. "Excavadoras del desierto", Trans. Bárbara C. Mañé. ASU - Ask A Biologist. 04 Nov 2022. ASU - Ask A Biologist, Web. 12 Nov 2024. https://askabiologist.asu.edu/spanish/abejas-excavadoras
Estas abejas son realmente expertas excavadoras. Comparándolas en categoría de peso podrían competir con el mejor perro excavador. En este vídeo podrás ver a un macho en acción mientras defiende su territorio. Haz clic sobre el ícono en la parte inferior derecha del video para ver la pantalla completa.
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