Abejas excavadoras macho - Sabuesos del mundo de las abejas

Una abeja macho excava en busca de una hembra emergente.

Los machos de las abejas excavadoras han desarrollado la capacidad de encontrar a las hembras adultas incluso antes de haber salido a la superficie. Ahora bien, ¿por qué los machos de las abejas excavadoras son tan hábiles para hallar a las hembras antes de que emerjan por completo? Este era otro enigma que debía resolver.

¿Como encuentran los machos a las hembras?

Tenía la sospecha de que los machos habían desarrollado sus increíbles antenas a lo largo del tiempo como medio para adelantarse a los machos rivales y aparearse. Aquellos machos capaces de encontrar y excavar hasta llegar a las hembras sin aparear tendrían más posibilidades de aparearse y transmitir sus genes a la siguiente generación, que aquellos con menor sensibilidad para detectar el "olor de las hembras", teniendo que esperar a que las hembras llegaran a ellos. Si la competencia a la hora de buscar hembras era la causa de las tácticas de apareamiento de los machos en el pasado, también se podía esperar que existiera competencia en el presente. Y así sucedió.

Parece ser que muchos machos buscan hembras en las mismas zonas. Además, cuando un macho encuentra un lugar para excavar, otros suelen irrumpir con la intención de alejar al primer macho y apropiarse de la mini madriguera y de la hembra que podría encontrarse a poca distancia bajo tierra.

Muchas abejas macho buscan hembras emergentes en las mismas zonas.

Por ello, un macho que ha detectado una zona probable con frecuencia deberá luchar con otros, antes, e inmediatamente después de que la hembra emerja.

Los machos son rivales feroces

La competencia por las hembras es feroz porque una que vez las hembras se aparean ya no están dispuestas a volver a hacerlo. En otras palabras, la única forma que tienen los machos de transmitir sus genes es encontrar vírgenes y aparearse, como así también evitar que otros machos los interrumpan. La presión por encontrar hembras vírgenes sin duda ha favorecido a los machos que tenían una gran sensibilidad a los olores de las hembras, tal sensibilidad que hoy en día los machos pueden encontrar a las hembras emergentes, en vez de hacerlo después de haber salido.

En consonancia con la probabilidad de que la competencia por el apareamiento entre machos haya determinado la táctica que utilizan, sabemos ahora que los machos pasan su esperma a las hembras inmediatamente después de comenzar la copulación. De este modo, consiguen transmitir sus genes lo antes posible. En cuanto termina esta fase, los machos suelen salir volando con la hembra, elevándola del suelo y alejándola de los rivales que atacarán a las parejas en el suelo para intentar robar la hembra de su descubridor.

Los machos pasan su esperma a las hembras inmediatamente después de iniciar la copulación. Más tarde, el "cortejo post-copulatorio" hace que la abeja hembra no quiera aparearse con ninguna otra abeja.

La pareja se aleja hacia un arbusto o un mezquite cercano, donde el macho acaricia a la hembra con sus patas durante unos minutos y produce un zumbido, probablemente al contraer los músculos de su tórax.

Realicé otros experimentos junto a un colega entomólogo, Steve Buchmann, en los cuales demostramos que, si la hembra no experimentaba la fase de "cortejo post-copulatorio", era muy probable que permitiera a otro macho aparearse con ella. En ese caso, añadiría el esperma del segundo macho a los que ya había recibido, diluyendo así las posibilidades reproductivas del primer macho. Sin embargo, si la hembra apareada había recibido estimulación, se mostraba poco dispuesta a permitir que se produjese otra cópula. Esto incrementaba enormemente las probabilidades de que el primer macho aportara sus genes a los huevos que ella decidiera fecundar con su esperma antes de ponerlos en una celda de cría.

Por consiguiente, las particulares habilidades del macho de la abeja excavadora han sido determinadas por la competencia reproductiva entre machos. El resultado de esta competencia, es que los machos huelen a las hembras ocultas, defienden a las hembras que encuentran (o se las roban a otros machos), pasan rápidamente el esperma a sus parejas cuando tienen la oportunidad, y emiten señales a sus compañeras para impedir que vuelvan a aparearse. Estas abejas son la prueba de que todas las especies de insectos merecen que alguien documente sus habilidades. Me alegra haber sido el encargado de estudiar la Centris pallida. Recuerden que existen cientos de especies de abejas en el mundo, deseosas de entretener a los futuros entomólogos.